miércoles, 30 de diciembre de 2009

¡Qué recuerdos! (Parte IV). ¡Esto ya es mountainbike!.

Una bici fue lo que me regalaron mis padres cuando aprobé primero de bachiller, era verano, nos íbamos al pueblo, la BH me estaba pequeña y la Orbea la hice polvo (esto creo que ya lo conté, jejeje), la bici nueva era una Conor MTB3 de cromoly, granate y negra, tenía un grupo Shimano Altus A20 completo, frenos cantilever y la horquilla (rígida) estaba sobredimensionada. Por aquel entonces ya se empezaban a ver bicis de aluminio pero estaban a otro nivel muy superior. La mía ya destacaba entre las de los colegas, además había que tener en cuenta que yo tenía mi mecánico personal (mi padre), siempre estaba impecable, aunque habían ciertas normas... 'esta bici es para ir por caminos, ¡no es para hacer el bruto! ¿eh?', '¡cómo me entere que la llevan todos tus amigos menos tu te quedas sin bici!', '¡la bici no se la dejes a nadie! ¿comprendido?', ¡los pinchazos te los areglas tu, que ya eres mayorcito!', 'por la noche la bici se queda en casa'...


Cuando la compramos en Bicicletas Prieto, lo primero que hicimos fue subirla en el coche y llevarla al pueblo. Al llegar a La Yesa la montamos y fui pedaleando hasta El Collado, había que estrenarla. Con ella he dado varias 'vueltas a rusia' (no se porque pero le llaman así a dar la vuelta Alpuente-Aras-Titaguas), he bajado a Arcos de las Salinas, Alpuente, Titaguas... pero sobre todo por donde mas rodó fue por los caminos del Collado, El Hontanar, La Torre, barranco Losar, Mardelices, pista de La Mina, Vizcota, Collao Plano,... la verdad es que para lo jóvenes que éramos aun hacíamos kilómetros. Lo malo eran las circunstancias, éramos adolescentes y no nos cuidábamos, hubieron muchas noches de acostarme a las tantas de la madrugada, cargadito de alcohol o lo que fuera y al día siguiente a las diez de la mañana o a las cuatro de la tarde a pegarme la sesión bajo un sol de agosto, con ese característico pinchazo en la cabeza de la resaca. Pensaba que con estas panzas a bici se me iba a curar todo el mal que me hacía por las noches. No fueron ni una ni dos veces, era bastante general hacer esto, nunca he dormido bien los días que he salido de fiesta, me levantaba pronto y como los colegas dormían yo me iba en bici, alguna vez arrastré a Michel conmigo, otras veces nos íbamos a Alpuente el domingo por la tarde, depués de comer (15:30h), a ver el partido o a la piscina. También nos conometrábamos el tiempo que nos costaba subir del Hontanar al Collado, no importaba cuanto lo bajara yo, Michel siempre lo acaba bajando todavía mas, como decía Jose Carlos era 'la Gran Esperanza Blanca' (imagino que sacado de alguna película de boxeo) es justo decir que el iba en una flaca. Lo de los sábados y domingos por la tarde en el Poli de Alpuente era curioso, nos juntábamos todos los que habíamos estado en 'el baile' la noche anterior a ver el partido del campeonato, la mayoría iban en moto y nosotros con nuestras bicis. Una vez que arrastré a Michel a dar 'la vuelta a rusia' fue después de estar una noche hasta las tantas hablando, fumando y bebiendo en el horno con unos amigos, entre los que se encontraba Blas, quien diría que unos quince años despues de esto, íbamos a pedalear juntos por los montes de Tuéjar por pura casualidad y que al final fuéramos compañeros de club.



Recuerdo un día que Toni se quedó sin bici porque había rajado la cubierta, le dejó un tío suyo una bici de aluminio para ir a Aras a comprar una cubierta nueva. Era gris aluminio con unos tubos gordísimos, recuerdo que el tío de Toni ya nos contó que la horquilla la había cambiado y que había tardado mucho porque la nueva venía de USA y que la potencia también la había cambiado por una mas resistente, hablaba el lenguaje que utilizamos nosotros ahora, nosotros entonces no nos enterábamos de la mitad, solamente decíamos '¡qué maquina!', no hacía falta entender mucho, se veía que eso era otra cosa distinta a lo que llevábamos nosotros, madre mía si alguien nos hubiera contado lo que nos acabaríamos gastando en una bici, yo creo que se nos quedó grabada aquella bici en la retina y nuestro fin en el ciclismo ha sido encontrar algo similar (o mejor claro).



Al cabo de los años me bajé la bici a Valencia, me compré un casco y la utilizaba básicamente para ir a ver a Bea o para hacer recados. Aunque también hice alguna salidita 'seria', con ella subí a Serra, a Olocau, un par de veces la cargué en el AX y me subí a Serra para hacer caminos, pero como no conocía nada acababa dando una vuelta por la carretera y para casa. La metamorfosis de hombre a 'globero' vino cuando llevé la bici de casa de mis padres en Valencia a mi casa en Bétera (pedaleando claro), a partir de ahí es cuando empecé a subir a Portaceli bastante a menudo. Un día, en el portal de casa, me crucé con un vecino que también venía en bici, no nos conocíamos pero hablamos un ratillo del tema, y quedamos en que algún día saldríamos juntos, ahí empezó mi amistad con Luis Miguel, el me enseñó el camino a la Sierra Calderona, pero esto fue con una máquina distinta y por lo tanto es otra historia.

6 comentarios:

  1. No hace falta decir que la bici está en buen estado. Tanto esta como la BH me gustaría ponerlas a punto, pero habría que dedicar mucho tiempo y ahora no dispongo de el. Las dos bicis están bien y se pueden utilizar, cuando digo ponerlas a punto me refiero a desmontar bujes, pedalier, dirección, engrasar, cambiar piezas oxidadas, cableado, fundas, cubiertas,... vamos dejarlas como me gusta a mi PERFECTAS.

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  2. Vaya con tu memoria, solo recuerdo a medida que voy leyendo, si no lo contarás serían recuerdos olvidados (tengo una cabeza muyy castigada por tantas noches en vela), vaya tiempos aquellos, te iimaginas si por entonces nos hubieran dicho: acabareí(algunos) con bicis de plástic, no lo hubieramos creído.
    Yoo compre una strongman (color azul (lila)con las letras y la orquilla rígida de color naranja fosforito y cuernos integrados en el manillar (me costó todos los ahorros, 25000 ptas, que ya era una pasta).
    Esta vive, pero está destrozada en el pueblo, pero nada que cambiando la dirección no se pueda arreglar (me dí una toña en el cruce cuando iba mirando hacia atrás y Juan Carlos se paró en medio de la carretera, no le metí los cuernos por ellculo de milagro.

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  3. Aún tengo cubiertas por la cambra solo gastadas porpartess de bajar haciendo los derrrapes por calles (no recuerdas como hechabamos el peso hacia delante y clavabamos para hacer el derrape más largo).

    Y recuerdas la toña del Michel bajando al hontanar.

    A ver si voy recordando algo más, y si no a ver si sigues pronto con tus memorias.

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  4. De la strongman tengo la imagen grabada con el manillar doblado, antes de la strongman tenías una de carretera pequeña y antes una marrón a la que no paraba de salírsele la cadena ¿es posible o me lo estoy inventado?.

    De la toña del Michel no me acuerdo, eso fue antes y ahí no íbamos juntos todavía, solo se lo que el me ha contado.

    De lo que si que me acuerdo es de un día que dimos 'la vuela a rusia' y nos quedamos en la piscina de Alpuente, creo que íbamos tu, Javi y yo. Por la tarde durante el partido cayó un agua que te cagas, y tubimos que dejar las bicis en Las Eras en casa de unos conocidos tuyos ¿es posible?, al día siguiente nos bajó el padre de Javi y nos subimos pedaleando a pleno sol, paramos a coger peritas en el los perales de al lado del acueducto y mas adelante bajamos al molino, nos costó volver horrores por la calor.

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  5. Ah! también me acuerdo de bajar por la pista de la mina hacia Bizcota contigo como locos, no se quien mas venía pero se quedó muy, muy atrás, ¡qué manera de correr!, además habían tramos con un palmo de arena, se te metía la rueda y la bici tiraba para donde ella quería.

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  6. Lo de Michel es una leyenda urbana, pero será verdad (así se ha quedao,jejejjj, un besito Michel si lo lees).
    Tenia una de carretera pequeña gris, luego pille una grande (Orbea blanca y azul de mi hermano (todavía están por ahí)) y lo de la marrón era una tipo motoreta,pero se me escapa de la memoría.
    Te acuerdas de Noe y Vero, dejamoos las bicis en casa de Vero en las eras.
    Lo de bajar a toda ostia me lo creo, eramos unos animalitos.
    Vaya tiempos aquellos de pedales sin calas.

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