jueves, 14 de julio de 2011

¡Qué recuerdos! (Parte VI). Mi primera Scott.

La última entrada de '¡Qué recuerdos!' finalizó con el eje doblado (por tercera vez) de la Conor, el mecánico me dijo 'lo has vuelto a doblar, pero aguantará un tiempo...', total que tras dialogar con Bea (no hizo falta convencerla... 'pero esta ya es la definitiva ¿eh?') decidí cambiar de montura, fui a la Gran Vía decidido a comprar una Felt como la de JoseK aunque un modelo superior, pero tenían una Scott edición especial a muy buen precio, y tras buscar y buscar me decanté por esta, además allí mismo se quedaban la Conor, no había mas que hablar, ¿la talla? una L por supuesto.

La Scott era una Vail, modelo especial para la tienda, cuadro de aluminio, hoquilla RockShox Judy XC, grupo Shimano Deore excepto el cambio que era un LX, V-Brakes Tektro, manillar de doble altura... ¡qué pepino!, pesaría casi catorce kilos... Tras dos salidas globeras, se le aflojó el pedalier 'vayaaaa! dos salidas y para el taller, cagontó!'. Cuando la compré le insistí al de la tienda, '¿pero esta bici me aguantará?' y me preguntó '¿qué pesas? ¿ochenta kilos?', 'si... y noventa y dos también', la bici aguantó, lo único que cada cierto tiempo tenía que enderezar las ruedas, nada raro si miramos el uso que les damos, también es verdad que me propuse perder peso y así lo hice, al verano llegaba alrededor de los 75 kilos. Iba mucho mejor que la Conor, la única 'pega' es que llevaba 'válvula fina', 'nada que un buen taladro no pueda solucionar'. A Luis Miguel le debió gustar pues se compró una igual, y todavía la tiene, además me consta que le tiene mucho cariño.

Respecto a las rutas no hubo gran variación, aunque si que aumentó el volumen, cada semana salía mas veces, cogí buena forma, aunque no tenia base, tampoco tenía conocimiento, cada ruta me vaciaba, 'cuanto mas dura mejor'.

En Agosto, de vacaciones en el pueblo, hubo otro punto de inflexión en mi vida ciclista, Carlos (que ya llevaba mucho tiempo en esto del mtb, incluso competía) me ofrecía quedar para pegar una vuelta '¡cómo no!', por la tarde enfilábamos hacia La Ceja, para mi el camino hacia el infierno, Carlos me cogió con un gancho la mandíbula y no paraba de estirar, !qué ritmo!, me sacó los higadillos, todavía no habíamos llegado ni al desvío del repetidor, y yo me quería morir 'esto no es normal', en La Calderona me picaba hasta con mi sombra saliendo siempre victorioso, pero esto... 'esto no es normal'. A partir del repetidor la cosa cambió, mas tranquilamente íbamos charrando, especialmente recuerdo uno de sus consejos... 'en esto de la bici es indispensable: el casco (tengo), gafas de sol (tengo) y el pulsómetro (ein? pulsómetro?)'. Investigamos un camino nuevo (para el, porque para mi era todo nuevo) y de bajada... 'este tío está loco!... pero dónde vas!... qué te vas a matar!... esperaaaaaa!!!!!', salimos a la carretera y por ella hasta Losilla 'qué pose tiene Carlos!... parece un profesional', creo que yo no llevaba ni maillot. De ahí para El Collado. También me dijo que me apuntara a su peña (¿Peña de Bétera?, pero si en Bétera vivo yo y ni la conozco). Muerto, llegué muerto y no creo que ni llegara a los treinta kilómetros de ruta. Todo esto, lejos de quitarme la tontería de la bici de la cabeza, me hizo encabezonarme mas en ella, me compré el pulsómetro (por supuesto) y salí mas (si eso era posible), pero ahora a entrenar (eh! que llevo pulsómetro... aunque no se para que), me tenía que poner en forma antes de salir con la Peña de Bétera 'porque como vayan la mitad que Carlos voy listo'.

Lo de quedar con La Peña de Bétera se me fue de la cabeza, hasta que un domingo de Diciembre me los crucé por Porta Celi, iban a subir por La Cartuja y de ahí iban a hacer un par de picos mas, yo subía por la cartuja pero me desviaba por otro camino, así que me junté con ellos, bueno, de todos nos adelantamos tres... Carlos, Jose y yo, Carlos no tardó en despegarse y a Jose le aguanté la rueda, hasta que coronamos, ahí paramos a esperar pero yo tenía prisa y me fui, no sin quedar para la semana siguiente (última ruta del año de La Peña), al año siguiente me hice socio sin dudarlo.

Pero hasta que llegó el inicio de temporada con Peña Bétera, hubieron muchas rutas, quiero destacar una en la que cogí un camino nuevo, un camino que me había recomendado no recuerdo quien (puede que el mismo Carlos), un camino que se convertía en senda con algún tramo complicado, eso ahora, en su momento el camino era una conexión directa al averno, '¡qué piedras!', en un momento a un lado aparece un terraplén de vértigo, roderas, escalones... resumen: todo el camino andando y cabreado... '¡esto no me gusta! yo salgo a pedalear no a padecer', pero claro... ¿por aquí bajarán? yo creo que es imposible?'. Ahora mismo esta senda para mi es una de las mas bonitas y divertidas de toda La Calderona y en la que si está limpia (cosa cada vez mas complicada) se puede volar.

Como ya he comentado, me apunté a la peña, conocí mucha gente, mucho monte y ocurrieron mas cosas...

miércoles, 13 de julio de 2011

Pedazo de mañana...

...la que había ahí fuera hoy a las nueve de la mañana, sol radiante, cielo azul, brisa fresca, temperatura y humedad ideales, gafas de sol, la bici perfectamente ajustada y engrasada... qué gusto dar pedales así, he disfrutado de no llega a dos horas de bici tranquila, la guinda la ha puesto el trozo de melón fresquito al llegar a casa. Hoy se veía todo de otra manera, estos días atrás han sido un poco agobiantes por la humedad y el calor principalmente, aunque también hay que tener en cuenta el parón, tres semanas se notan, al volver a coger la bici en la segunda mitad de los entrenes me faltaba 'chispa'.

Poco mas puedo contar, ya estoy en el segundo microciclo del entrenamiento que he planificado para la segunda parte del circuito. Tras estas tres semanas de parón absoluto retomo los entrenamientos partiendo de la base... aeróbica por supuesto, con faena en casa todavía (pero no tan urgente) voy cuadrando los entrenamientos. Como ya comenté durante la parada la primera semana llevé muy bien el tema 'alimentación', la segunda... bueno no me puedo quejar, pero la tercera me dejé llevar por la gula acumulada, he cogido un poco de peso pero nada que no se pueda solucionar de aquí a septiembre, aunque el verano es peligroso... se hará lo que se pueda.