martes, 13 de julio de 2010

Calor

De vuelta a casa, rodando por falso llano, de bajada, pero con el viento en contra, me cruzo con uno que sube, son las doce de mediodía y hace un calor sofocante, el tío ni saluda, normal, con la que le espera... no querrá gastar mucha energía

Ya estoy a tres tragos de agua de casa, solamente me quedan dos en el bidón, además estos tragos ya no son de agua sino de caldo con sabor a plástico, el sol abrasa, hacía tiempo que no tenía esta sensación sobre la bici, que bochorno, sube otro, este si que saluda, lo hace con la mínima expresión de saludo, gira cuanto apenas la cabeza con el cuello erguido.

Yo sigo dando pedales, pego el penúltimo trago, a pesar de ir bajando, la bici no avanza, un muro de aire caliente hace de tope en la rueda delantera, me bajan las pulsaciones y aprieto para que vuelvan a subir, me intento concentrar para mantenerlas pero es difícil, me viene una imagen a la cabeza, sandía fresquita, la boca no se me hace agua, físicamente es imposible, sube otro, este saluda normalmente, es mayor, pienso 'a estas horas y en estas condiciones nos deberían prohibir salir a los ciclistas'.

Bebo, no quedaba un trago, ¿medio? apenas se me mojan los labios, exprimo el bidón, cae un poco mas... pero poco, vuelvo a exprimir y me salpincan unas gotitas, ya no hay mas, tengo enfrente una rampa, para el viento, o por lo menos no lo noto, subo bien y para abajo, vuelve el viento, es caliente y me quema en la cara, a pesar de haber bebido hace poco tengo los labios resecos y me escuecen, unos virajes y me encuentro en una recta sin fin, bajo un poco pero enseguida pica para arriba, el sol refleja en el asfalto. No suben mas ciclistas. La recta se hace interminable.

Entro en una zona de chalets, estos paran el viento, en la calle hay sauces que hacen buena sombra, '¡qué alivio!', ya estoy casi en casa, me vuelve a la cabeza la imagen de la sandía, caigo en la cuenta de que no tengo en casa pero hay melón que puede sustituirla perfectamente, salgo a descubierto y vuelve el aire, pero ya queda poco, esto me anima y me hace olvidarme por un momento del calor, me pongo de pie sobre los pedales y aprieto en el último kilómetro, llevo buena media, entro en el pueblo, pongo plato pequeño y subo coronas, se acabó, en la frutería exponen ciruelas, cerezas, melocotones y, como no, sandías y melones cortados por la mitad, sonrío, solamente me queda subir a casa... mmm!

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