miércoles, 2 de noviembre de 2011

Último día de intensidad antes de Sote.

Dejo a Diego en el cole, me da un beso, un abrazo, anda dos pasos y con la mano llama a su compi diciendo ‘¡vamos, vamos!, ¡vamos dentro!’, regresamos a casa, sin querer acelero el paso, voy con otro padre, llegamos, ‘mañana nos vemos’, subo corriendo, mientras me disfrazo, pongo una lavadora, preparo el botellín… 40% isotónica, 60% agua mineral, cojo un gel energético, móvil, llaves y para el trastero, ‘ya recogeré luego, que como me descuide me mojo’ (lo primero es lo primero), mi cabeza no para de maquinar ‘salgo diez minutos tarde’, ya en la puerta activo el gps para grabar la ruta ‘en un minuto comienza’, me subo a la bici y al pasar el semáforo activo el pulsómetro…

Pedaleo ágil, las pulsaciones van subiendo, para calentar ruedo a un ritmo aeróbico bajo unos diez minutos, aumento el ritmo, me pongo en zona aeróbica media, como hay algún repecho las pulsaciones aumentan puntualmente pero sin salir de la franja aeróbica. Llego a pie de puerto ‘¡comienza la fiesta!’…

Al principio hay una buena rampa, las pulsaciones aumentan superando el ochenta y cinco por ciento de las máximas, se mantienen, aumento mínimamente la intensidad y al rato ya están en el umbral anaeróbico, ‘no te ha costado tanto Juan, ahora hay que mantenerlo’. Cómodo, cómodo no voy, pero se puede aguantar, leo ciento setenta y dos ‘vas bien, pero no te pases’, leo ciento setenta ‘bien’, leo ciento sesenta y ocho ‘no aflojes’, mantengo mi conversación interior, llega una pequeña bajada, meto plato, bajan las pulsaciones ‘ciento sesenta y cinco’, vuelta a subir, bajo el plato, enseguida las pulsaciones vuelven al umbral ‘bien’, llegando a la mitad del puerto mi conversación interior cambia de un simple seguimiento de la situación a ánimos dirigidos hacia mi mismo, es un poco raro pero funciona porque en el pulsómetro sigue el baile entre el ciento sesenta y nueve y el ciento setenta y dos, en el último tercio entre los ánimos intercalo alguna frase para convencerme de que ya no queda nada. En los últimos quinientos metros debería haber hecho un sprint progresivo pero… ‘ya está bien’.

Me dejo caer por la otra cara del puerto, recupero y cuando llego abajo ruedo a ritmo aeróbico hasta un punto que siempre uso de referencia para darme la vuelta, continúo hasta pie de puerto, me tomo el gel y vuelta a la fiesta…

Igual que antes comienzan a aumentar las pulsaciones, supero las primeras rampas, viene un llano y todavía no han llegado al umbral, se mantienen alrededor del ochenta y cinco por ciento, de nuevo comienza la ascensión, no tardan en entrar en la zona… ‘ciento setenta, ciento setenta y dos, ciento sesenta y ocho, ciento setenta y tres…’, todavía no estoy en el primer tercio del puerto y retomo la conversación conmigo mismo ‘venga Juan que lo estás haciendo bien’, las rampas mas duras han pasado pero todavía queda, en el segundo tercio la subida es continua, no concede treguas, retomo los ánimos e igual que antes no voy silbando pero aguanto el tipo. En el tramo final hay un momento en el que la subida afloja, bajo coronas y aprieto, esto me viene muy bien (sobretodo mentalmente) para afrontar el final, corono, he conseguido mantener el ritmo… ‘¡bien!’.

Lanzo la bici en la bajada, paso por una fuente, tanteo el bidón ‘tienes suficiente’, tras el tiempo de recuperación vuelvo al ritmo aeróbico medio, llego a Bétera y… ‘he mejorado el tiempo, flipo’ la verdad es que pocas veces me he mantenido en el umbral toda la subida, si alguna otra vez lo conseguí fue gracias a algún ciclista que hizo de liebre por delante de mi, como dije en la entrada anterior… estoy muy bien pero un poco cansado.

Antes de entrar en el pueblo tomo un desvío ‘voy a rodar un poco mas’, enseguida me cruzo con Pedro y juntos rodamos un rato ‘este chico el año que viene nos va a poner firme a mas de uno, si no al tiempo’. La agradable conversación (como siempre) me ayuda a descongestionar un poco el coco ‘no debe ser sano entrenar tanto tiempo solo’. Nos despedimos ‘¡nos vemos en Sote!’, vuelvo a casa, a la ducha y después recoger, comprar…

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