¡Qué recuerdos! (parte I)

Mi primera bici, bueno o lo que queda de ella, está así porque sirvió de repuestos para otras bicis durante unos años. Aprendí a ir con dos ruedas en ella, a ir de pie, a ir sin manos, a hacer derrapes, saltitos, caballitos, 'motocross', a bajarme en marcha,... puff. La verdad es que hizo de mountainbike durante algunos veranos, ya que las calles del pueblo no estaban asfaltadas, pero es que cuando las asfaltaron (con cemento) pegábamos saltos en los baches que hacían las trapas del alcantarillado o en las desniveles en la unión de dos calles (como el pueblo está lleno de 'rochas'), íbamos como locos. Con esta participé en las carreras del tio Paco '¡venga todos a la 'fuente del toyo y para abajo, el que llegue el último sin hacer pie gana!'. Un día me dio por hacer 'La Vuelta' y cogí la carretera yo solo, no se ni a donde llegué, me parece que a La Almeza, coincidió que había fútbol en Alpuente y de vuelta me vió medio pueblo, cuando se enteró mi padre... ya no recuerdo el castigo. Otro día me dio por tirarme por la cuesta de mi tio Domingo, no hubo manera de parar la bici y me estampé de frente contra la pared, menudo golpe, fijaros en la horquilla delantera como está doblada, mi padre la enderezó lo que pudo para poder rodar, pero ese fue su último verano.